Recuerdos...

Bueno, a petición de mis queridos lectores y a que el señor JOAL me dio unos consejillos que bien o mal ayudarian a la historia... pues veamos que tal queda, jeje...

Algo que si me doy cuenta es que casi todo mi repertorio literario se me va por estar hablando con los señores Carlos y Juan por el messenger, pues cuando termino ni me dan ganas de escribir nada, je... Pero pues, para eso estan los porros, las chelas y los blogs de otras personas para ayudarme, que no? Jejejeje, bueno, dejando de lado el choro, pues ahi va.

Sinopsis: Esperando una audiencia con los reyes de Sarkeen, Strever y sus amigos se echan una pequeña pelea para divertirse y coprobar que aquel es hijo de un verdadero Lobo Blanco. La llegada del Guardian negro JOAL cambia la algarabia...

Colmillos de Guerra
Saga: Un nuevo porvenir
Capitulo 7

El Gran Fuego (o dragón) se habia empalmado cerca del campo de entrenamiento de los Lobos, mientras que las Serpiemtes Emplumadas inmediatamente se postraban en honor de aquel ser gigantesco. Sus grandes ojos amarillos briilaban en aquella oscuridad natural como dos grandes soles, pero su rostro no mostraba mas consternacion que aquel de Strever al haber escuchaod el nombre de Levia...

-¿Entonces ya llegó hasta estas costas, verdad?-. Preguntó el joven mientras cubria su espada debajo de su verde manto.- ¿Estas cien por ciento seguro de que Levia te dijo la verdad... acerca de "La Plaga"?

-¿Osas decir que yo, un hijo primigenio del Gran Dios Ladon, te miento? ¿Acaso crees que dentro de mi naturaleza cuasi-divina, ergo mas alla de la comprensión de tus pequeños compañeros mortales, existe el error de la mentira?

Ante aquella voz dura y recoveca, Aule y Brito se sintieron intimidados. Incluso creyeron ver como el Gran Fuego crecia (aun más); Era como una gran torre de carbón gigantesca que tenia vida, y se apreciaba terrorificamente detras de la aurora boreal que acaecia (como todas las noches) en la ciudad. Ambos lobos sintieron miedo... Mucho miedo. Para bien o mal, el sacerdote no; Posiblemente demasiados años en el trabajo o solamente parte de su personalidad, pero Arjen no se inmuto ante el gigantesco ser de mas de veinte metros de altura y cuantiosa masa muscular... Aulló... y el eco atravesó el bosque completamente, por todos los rincones despertando a los pequeños animales como pajaros y conejos quienes salian inmediatamente de sus guaridas; Pero aquello tambien despertó a un ser sin vida, que sin embargo la permitia: El viento. Un viento, como la brisa veraniega de las costas en la playa de Kalm, en Sian´Ka, rapidamente atravesó y acongojo a todos por igual... O al menos a la mayoria, exceptuando al sacerdote y a Strever.

-Te recuerdo Guardian que estas en la ciudad de Sarkeen, no en la biblioteca de tu guardia ni en Sian´Ka... Y las palabras que profieres en contra de mi gente son un insulto que no puedo aceptar. -Dijo mientras tomaba su baston con ambas manos y golpeaba suavemente el suelo. Para Strever eso no tenia un significado concisco, posiblemente sería como una advertencia del poderio del anciano o tan solo un acto de seguridad en si mismo. Como fuera, el efecto termino siendo el mismo, pues JOAL se tranquilizó y se torno una bestia mansa.

-Perdoname, buen Guardian... no quize ofenderte, ni esperaba ofensas, pero es que me es increible escuchar lo que me has tenido que comentar... Pero dime ¿Como se encuentra Levia? ¿Esta ella bien, no se ha infectado?

-Ella esta sana y salva... Pero me dijo que te entregara su manto como prueba de honor a una petición que te hace. - Y terminando las palabras, de entre su gran peto dorado sacó lo que a su tamaño seria un pañuelo, para Strever y los demás tenia el tamaño exacto de una sotana de mujer... Rojo como la sangre y con pequeños matices dorados en las puntas de las mangas.

* * * * *

La sala del trono... posiblemente nunca antes la habia visitado, pero por alguna razón no le era diferente a cualquier otro cuarto de otro sitio en el mundo. Era como si en realidad ya hubiera estado ahi antes, pues recoocia los vitrales de plata y que mostraban a los primeros padres del Clan. Tambien podia recordar, de alguna manera, como estaban hechos los tronos y las runas que tenian grabados en sus asientos de satin rojo.

-Saludos, oh hijo del Lobo de la Claridad, que te postras ante nosotros, los reyes de Sarkeen la ciudad de la Paz...- Dijo la Reina mientras veia al joven Strever admirar rapidamente todo el sitio... Parecia estar mas conectado al momento de lo que alguien hubiera esperado en su primera visita... -¿Que sucede, Strever? Estas intranquilo... Se nota en tu mirada y en tu ausencia de atención, y no digamos que estas frente a los reyes...

-¡Perdonenme sus majestades! ¡Perdonen mi tan desagradable falta de respeto! ¡No he querido humillarlos ni mucho menos pero es imposible saber que me pasa!

-¿Y crees que puedas decirnos que te sucede? Queremos saber todo de ti, hijo de Claridad... Posiblemente tengo una idea de lo que te sucede, pero tu aventura te ha traido hasta este sitio por una razón y deseamos escucharla...

Strever dejo a un lado de si, en el suelo, su espada tan negra como el carbon que brillaba como la sangre misma, despojandose tambien de su capa verde malgastada por las variadas batallas que hubiera peleado en el pasado dejandose ver como era en realidad... Un simple joven...

-Mi padre fue... Es Wyeth Clarity, la Claridad, un clerigo que provenia de esta misma ciudad. Hacia veinte y cinco años habia salido de este continente, buscando la legendaria tierra de Tantra al Oeste, y junto con un grupo de treinta hombres y mujeres salieron para no regresar jamás...

"Tantra, la legendaria tierra de sueños y deseos increibles habia sido siempre una simple leyenda en las mentes de todos los habitantes de Carshin... O al menos eso se pensaba, cuando nadie tenia como idea el viajar a las tierras `legendarias´; Entre ellos mi padre..."

Continuara.