jueves, enero 26, 2006

Colmillos de Guerra 2

He aqui la segunda parte de lo que yo llamo "El Primer Libro" de mi saga, porque para ser honesto tengo un chingoreputusimomadral de imaginación en mi mentecita y podria llevarme entre las patas a otros autores epicos ^^ (Y la humildad aparte, a poco no?) Como sea, la idea de esta saga es tan solo dar a conocer un poco de una historia más grande... Pero no nos vayamos tan lejos que esto apenas inicia, y la segunda parte la presento con gusto. Pero quiero agradecer de antemano a la gente que me ha estado, y siguen apoyando con este trabajo mio de mi persona... A toda la gente del cerebro.com y a mis hermanos Carlos y Alejandra, quienes la verdad me acompañan en esto si no directamente, si de una forma personal a mi parecer... Ahora si, en el capitulo anterior dejamos a Strever, un hombre sin clan ni patria, buscando respuestas en la ciudad de Sian´Ka donde se alababa al dios Ladon, señor de la Sabiduria y de la Furia. Lo que encuentra lo obliga a viajar con un nuevo compañero, un Guerrero Jaguar de nombre Xicuris, por la isla de Carshin... y es ahi donde inicia este capitulo.

Colmillos de Guerra.
Saga: Nacimiento de un Porvenir
Capitulo 2.

"Vamos Xicuris... Cuentame acerca de ti y de las cosas que haces en Sian´Ka... No recuerdo en mi vida haber conocido antes a un miembro del clan de la Serpiente Emplumada, ni jamás escuchar de sus tradiciones o ritos, ni de las cosas que hacen en sus ciudades y feudos."

Diez días habian pasado desde que salieron de la ciudad de Ladon, viajando al Este para encontrar las ruinas de Piarón y la ciudad de Sarkeen. Diez días habian pasado ya, y no era hora de ver ninguna de las dos estructuras a lo lejos por más que caminaban. El viaje se habia vuelto monótono entre los continuos prados verdes que se ampliaban por miles de kilometros, el avasallador sol, de grandes rayos e inmisericorde calor, que los acompañaba en el día y la triste luna, sollozante, solitaria... Durante todo este tiempo ni siquiera habian tenido un dulce encuentro con bestias ni ladrones humanos, que en palabras de Xicuris eran la misma basura...

-Ciertamente veo que ninguna clan gusta de la presencia de los humanos ¿Verdad?- Preguntó Strever mientras encendia una fogata y posaba sus manos frente a las llamas.- Honestamente me son indiferentes, pues no me han hecho nada que me haga albergar odio. ¿Que es lo que les han hecho a todos?

-No lo entiendes porque no tienes una ciudad ni un Dios al que honrar... Pero gente asentada com nosotros debemos luchar por nuestras regiones para evitar que alimañas como los Rankashas vengan y destruyan todo a su alrededor... ¿Sabes por que vamos a Parión? No lo sabes en realidad. El sacerdote solo te dijo que la biblbioteca de las ruinas podria darte una idea de lo que buscas, sin embargo hay mucho más que eso en aquel sitio...-

Xicuris tomó aire y vió al cielo, donde poco a poco las estrellas fueron acompañando a su hermana la luna en aquel paramo tan solitario. Sus grandes ojos amarillentos y viperinos reflejaron con intensidad la cara de la "Cuchilla de Plata", nombre bajo el cual su gente reconocía a la luna; Se sentó del otro lado de la fogata, donde solo aquella llama estuviera interponiendose a él y Strever mientras daba inicio a su relato...

"Hace más de quinientos años las costas de Carshin eran fertiles, aún más que hoy en día. No existian estos paramos, o al menos no de la misma forma, pues no muy lejos de aqui exisitío un valle, una gran ciudad y Guardianes; Gente de distintos clanes se juntaban ahi para celebrar fiestas y misas para dar gracias a cualquier dios que se alabara... Las habilidades y poderes de cada raza hacian unicas esas fiestas... No habia reyes, tan solo sacerdotes que mantenian orden y justicia por toda Piarón, la Reina de la Belleza, mientras que su gente tenia hogar, alimentos y riquezas basadas en paz y amor.

Sus calles rojas como la sangre veian fluir diariamente vino y miel, carne y frutas, y su gente pedia a gritos que esa felicidad nunca acabase, incluso a llamados de guerra... Sus casas eran de color café, color de la bebida que aún hoy usamos como moneda en mi ciudad, y resaltaban aun más los ladrillos de sus hogares. Las arquitecturas variaban de piramides y casas de marmol como la nuestras, a estilos más incomprehendibles como los de los Lobos Blancos, quienes construian con angulos no correctos y poco comunes. Tambien chozas de piel y roca se juntaban a las otras dos culturas, perteneciendo estas a una raza de la cual ya solo recordamos su simbolo pues su nombre se perdió en los albores del tiempo; Dos hachas entrecruzadas, una blanca y otra negra, reflejando las habilidades sobrenaturales que aquellos poseian encima de la vida y la muerte... Ladon, nuestro dios, Abraxas, dios de los Lobos Blancos y señor del Destino... El dios al que el clan sin nombre veneraba, creo era... Uuuhhh, pues... Su pronunciación en nuestro lenguaje será algo asi como... Haskodeun, el señor de la eternidad...

Eran epocas de abundancia y paz... Pero llegaron los humanos, los malditos Rankashas provenientes de las tierras perdidas del Sur. Pidieron ser alojados en la ciudad, para poder comer, dormir y buscar un lugar donde establecerse... Nuestros antepasados los vieron tan desvalidos, tan indefensos que no solo abrieron sus puertas y compartieron sus mesas y alimentos, incluso les obsequiaron un territorio cerca de Piarón para que no buscaran más alla de estas tierras; Las cuatro razas fueron bienaventuradas por cien años... Los humanos crearon una copia exacta de Piarón, pero en lugar de hacerla como una forma de honrar la amabilidad de sus antiguos compañeros, lo hicieron para atacarlos. Primero destruyeron los bosques y lagos en todas estas zonas, quemando y talando, para que los clanes no tuvieran como protegerse ni como huir, y empezaron a crear armas peligrosas incluso para ellos. Atacaron un día como tantos en que las fiestas estaban en su apogeo, tomando las vidas de cientos de inocentes, argumentando que ellos tenian un mayor derecho de poseer aquellas tierras y joyas que los tres clanes habian formado con el sudor de sus cuerpos. Usaron esas armas que habian desarrollado, destruyendo grandes edificios y hogares en cuestion de segundos... Mi gente inmediatamente contraatacó aquella agresión, haciendo uso de elites y soldados de gran peso en nuestros ejercitos, cortando con facilidad los cuerpos de esos traidores pues aun con sus armas especiales los Rankashas eran debiles. El clan sin nombre hizo magia extraña, haciendo que nuestros enemigos empezaran a gritar, a correr, a matarse entre si... Eran inentendible, pero su efecto era bienvenido. Sin embargo los Lobos eran seres de paz, al menos la Casta que en ese entonces vivía en Piarón, de manera que intentaron el dialogo y la paz a través de la no-violencia; Los Lobos Blancos son reconocidos en toda la isla por su extrema bondad y apreciación por el honor, y eso sin embargo no fue motivo suficiente para que esos infelices destruyeran a la secta que fue enviada para el dialogo. Aquello incendió aun más los corazones de toda la gente de la ciudad, quienes atacaron sin piedad a los humanos, arrastrandolos hasta sus propias murallas donde cometieron la ultima estupidez que podria concebir cualquier persona: Activaron un artefacto mágico muy poderoso, tan poderoso que no solo borró de estas regiones la gran parte de Piarón, tambien su propia ciudad y a toda la gente de las cuatro razas..."

El fuego casi se apagaba, pues Strever estaba más atento a la historia que al calor de la llama... Xicuris tomó un pedazo de madera y lo puso justamente encima de la pequeña flama que aun vivía. -¿Comprendes ahora porque nuestro odio a los Rankashas? Mucha gente se perdió, y los pocos conocimientos que sobreviven de esa epoca son custodiados por Guardianes.-

-Es posible que tu odio hacia los humanos de esa epoca esté justificado... Pero hoy en día veo que los humanos prefieren alejarse de todo lo que tenga que ver con la magia, e incluso han olvidado la verdadera naturaleza de muchos clanes... Veo que los tienen como dioses y demonios, y muchas veces no desean saber más de ellos que no sea que estan en estas tierras...-

* * * * *

¡Increible, hermoso...! Fueron las palabras de Strever al observar frente a si el gigantesco edificio que era la biblioteca de Parión. Tenia la altura de veinte hombres, y en su diametro bien cabrian seis casa grandes sin problema alguno, y aunque la estructura del techo se habia colapsado hacia tiempo eso no le quitaba nada a la imponente figura del edificio. Hecho como una piramide azteca con un toque de barroco ingles, la biblioteca se alzaba bajo la protección de dos Guardianes...

-¿Grandes Fuegos?- Preguntó el joven al encontrarse cara a cara con dos gigantescas serpientes aladas, una negra como la oscuridad misma y con un peto dorado y la otra roja como la sangre. Ambas hablaron al mismo tiempo con el mismo acento que Xicuris, serpentino al fin y al cabo, pero bajo un tono tan grave que parecia que sus voces provenian desde el fondo de alguna tumba.

"Osado hijo de nuestro Padre... Serpiente Emplumada que buscas sabiduria... Adelanta tus pasos y encuentra la verdad a tus dudas, pues eres bienvenido a la Biblioteca de la Sabiduria Total..."

De esa forma el Guerrero Jaguar entró al recinto... Strever pensó hacer lo mismo, pero cuando estuvo a punto de entrar, una llamarada de fuego detuvo sus pasos. Ante aquel acto, el joven en una demostración de agilidad dió un brinco hacia atras mientras desenfundaba una espada negra bastante especial, pues brillaba como un rubí frente al sol y en cambio parecia estar hecha de alguna roca común... ¿Acaso... acaso estos Guardianes no le permitirian la entrada al joven, solo por no pertenecer al mismo clan de su compañero? Estuvo a escasos segundos de preguntar cuando la palabra le fue arrebatada por la bestia rojiza:

"No eres sangre de nuestra sangre... y aunque hueles a una Serpiente, no lo eres realmente. La entrada a este santo lugar es restringida a nuestros hermanos pequeños, o a sus aliados... Y en ti no siento fe de aliado ¿Por que crees que deberiamos permitirle la entrada a un extraño a la casa de conocimientos más grande del mundo?"

Era una buena pregunta... Aunque hubiera hablado con Ladon en la ciudad de Sian´Ka, eso no lo nombraba el amigo #1 del clan. Y realmente su unico proposito en aquella ciudad era meramente para él... No como muchos otros buscadores de conocimientos que generalmente buscaban informarse por el bien de sus clanes...

-¡Si, es cierto que no soy aliado del clan!- Dijo Strever mientras apuntaba su espada hacia los Grandes Fuegos. -¡Pero no soy un enemigo al que temer! ¡Si desean probar mi valía para poder entrar, he de demostrarlo de la unica manera en que tengo entendido ustedes pueden aceptarme...!

"Demuestrannos esa fuerza... Hijo del Dragón..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y qué pasa con Strever, Cómo es que pasará??
Ayy Anatole, que te puedo decir, mmmmmmmmmmmm, si se que te puedo decir, ESCRIBE CADA TERCER DIA DE PERDIDA NO???

Ahh!!! Tus menciones a la maravillosa Luna. Me encanta

Besos

Aule
Reafirmando mi puesto como presidenta del club de fans!!