Colmillos de Guerra 4

A ver, se supone que esto es una saga por capitulos, hecha en un blog... Como esperan que ponga los capitulos rapidamente si no es un libro? Ahi al menos se pueden saltar a ciertas partes y leer lo que quieran, sin importarles el resto, pero en un blog no pueden... Asi que dejen de fregarme preguntando "¿Y cuando va a salir X cosa, X personaje o X jalada?" Digo esto, porque desde que habia empezado con los epilogos, una que otra gente de las paginas que visito me han atormentado con lo mismo. Si no les parece como va el hilo de la historia, pueden hacer dos cosas

1- Aguantarse, comer tunas, ansias o lo que les plazca y esperar a ver como se desenvuelve esto.
2- Dejar de leer. Asi de simple.

Digo esto, proque aqui quien se fleta creando esta historia soy yo, y nadie más... No hay gente ayudandome ni en el guión, ni en la escritura ni en nada... Agradesco los apoyos de quienes me los han dado, pero de la gente que solo molesta, reitero, tienen de dos sopas a escoger.

Bueno... Tomando el curso que esto debe: En el capitulo anterior Strever y Xicuris se plantean los rumbos que deben tomar, aunque el Guerrero Jaguar maquinó un plan que hubiera significado la muerte del Hombre sin Clan. Sin embargo la convicción de Strever cambia un poco la perspectiva de su compañero... Ahora, viajando por las tierras nevadas de los Lobos, los viajeros se han eonctrado con algo, ¿o sería conveniente decir que algo los encontró a ellos?

Colmillos de Guerra
Saga: El Inicio de un Porvenir
Capitulo 4

-¡Cuidado Xicuris!

-¡Detras de ti, Strever! ¡Estos perros están por todas partes!

-¡Maldita sea, son muchisimos! ¡No dejan de venir!

Decenas de seres diabolicos habian acorralado a los jovenes, seres grandes y chicos, flacos y gordos, cargaban desde hachas de una mano hasta espadones y armaduras incorrectas, sin trazos normales ni pedazos copletos... Eran en su mayoria chatarra y desperdicios de armaduras mas grandes. Detras de su "infanteria" se encontraban tres seres, casi humanos en su aspecto pero bajo un perfil bastante diabolico y, por mucho, más importante que el de aquellos diablos menores. Debajo de unos arboles nevados veian todo con tanta tranquilidad, mientras Strever destruia a tres demonios con las artes magicas que conocía, y Xicuris atravesaba a dos de esos bastardos con su arma.

La pelea continuaba, y la noche estaba llegando a su final. Ninguno de los dos guerreros parecia darse por vencido, y de hecho Xicuris pudo obervar con detenimiento como Strever comenzaba a pelear con un mayor slvajismo... ¿Cual era el punto en gastar sus fuerzas? Las hordas continuarian llegando hasta que el día aclarara o encontraran el portal de donde estaban saliendo... Pero... ¿Porque parecia que deseaba encontrarse con esos... sujetos?


-¡Malditos infelices! ¡Finalmente me encuentro con ustedes!

-Mmmmhhh...- Dijo uno de ellos, mientras veia un poco incredulo al joven.- Que extraño ser... ¿Siento que quiere retarnos a pelear? ¿Un simple... hibrido?

-No lo sé Ashkiankathel, y la vedad no me interesa... Nosotros solo debemos ocuparnos del trabajo que nos ordenó el "Señor"...

Y tan solo atravesaron aquel campo de muerte sin retardo alguno. Sus cuerpos caminaban tan rapidamente, que tan solo sus siluetas aparecian y desaparecian entre sus guerreros... Xicuris pensó que se trataba de alguna especie de magia demoniaca, pues a cada paso se encontraban más cerca de él, y eso empezaba a causarle miedo...

* * * * *

Nacido en el día del Hacha Blanca, hijo de dos
que desconocen amor mutuo y sin embargo lo
llevan a cabo. Sangrado por razas que se
odian, con espíritu indomable y belleza ominosa.

Sus ojos muestran un abismo de pasiones, sus
manos levantaran como si fueran las de los Dioses,
su cuerpo soprtara lo que nuestras rocas son incapaces,
sus pies lo moveran a la velocidad del pensamiento...

No tendrá lealtad más que a sus amigos,
velará por el bien de la Luz y la Oscuridad,
levantara armadas y amistades nunca antes imaginadas,
arrollará al Demonio, al Septimo y se hará
como se dicta en el corazón del Lobo,
del aullido de la Luna y en la garra del Mundo..."

* * * * *

Todavia no podia sacarse de la mente aquella imagen... La sangre corria de sus manos, ya sin uñas por la presión que manejaba en sus dedos, tratando de faerrarlos para no ser tragado por aquella esfera oscura ser enviado a los albores de la oscuridad malsana, desgajando su cuerpo y polucionando su alma... El terror en sus ojos era el mismo de un ciervo a punto de ser devorado por una manada de lobos salvajes, indefenso y solitario, obervando como poco a poco es acorralado sin salvación alguna. El sudor se habia vuelto caliente debido a aquella situación de temor tan extremo, que tan solo caer al suelo levantaban vapor de la nieve que tocaban... Y fue en aquella espesura de niebla que se creaba, donde Xicuris desapareció.

Y Strever no pudo hacer nada. Nada...

Por eso caminaba sin rumbo fijo por entre el bosque... Sus manos se encontraban manchadas de la sangre negra y putrida de las malditas abominaciones con quienes habia peleado, diablos menores que tan solo habian servido como distractores; Pero Strever se culpaba a si mismo. Nuevamente habia permitido que Aquel ganara; Ya antes le habia arrebatado lo más preciado que tuvo en su vida, dando inicio a su aventura por Carshin... Tal dolor cubria su alma, y el pesar que compartia, que no se habia dado cuenta que cinco lobos nevados lo habian acorralado; pero siguió caminando, dejando atras a esas nobles bestias, quienes lanzaron un aullido al unísono al ver como el joven seguia caminando sin prestarles la mas minima atención. Apenas alcanzaba el tercer paso, una extraña lluvia de lanzas de nieve cayeron frente a él deteniendo su paso y otorgandole un poco de sentido nuevamente...

-¡Detente ahi, sango!- Gritó una voz melodiosa, seguida inmediatamente por otra más gruesa. -¿Sabes que estas entrando en territorio de Lobos, sango? ¡Si no te indentificas puedes empezar a prepararte para ser cena de lobos...!

Pero Strever continuaba un tanto perdido en sus pensamientos... El haberse detenido obedecia más a un institno de sobrevivencia que a la razón; Los dos Lobos Blancos que salieron de las copas de los árboles lo constataron al ver como los ojos de Strever parecian abismos profundos de desolación. El joven recupero un poco su temple cuando la dama Lobo posó sus garras en la mano donde Strever tenia el anillo, e inmediatamente actuó como poseido para evitar lo tocaran ahi...

-Vaya... -Dijo la mujer- Tal vez el sango no sepa ni como llegó a este sitio, pero vaya que sí sabe qué no deben tratar de robarle...

-Será mejor que lo llevemos a la ciudad, Aule... Cuando se recupere nos podrá explicar todo.

* * * * *

"Entonces... solo habia uno..." "Asi es... vagando por el bosque... impedido por las... como siempre..."

"Ya veo, Aule... Mejor... será... Un tiempo, para que descanse... Peligro aún... Carshin... Tantra..."

¿? ¿Porque no puedo oir sus voces...? ¿Porque estan hablando de las Islas? ¿De mi hogar? Ya no queria huir más, y por eso he venido a enfrentarme... Sin embargo veo que no puedo aun, pues Xicuris ha muerto, al igual que mis padres; Todo por mi debilidad... y porque no quiero usar... La Okoroniya...

-¡Mire anciano! El joven está despertando...

-¿En... en donde me encuentro?- Preguntaba Strever mientras se revisaba el cuerpo con su mano, y se levantaba de la cama de plumas y seda rojas... Sus ojos quedaro deslumbrados al ver el concavo cuarto, lleno de luces de colores brillantes y variados que alumbraban mesas llenas de libros abiertos, y hojas y papiros que arrasaban con todos los espacios vacios del sitio. A sus pies vió una alfombra de un material bellísimo en color azul con dibujos en forma de aves y lobos en color dorado... Y encima de esta, tres hombres-lobo que lo veian con una cara de gracia y simpatía poco usual, hasta esos días, para Strever acompañados de tres lobos salvajes...

-Bienvenido, hijo de Wyeth... Seas bien revibido en Sarkeen, la ciudad de la paz...