miércoles, marzo 21, 2007

Colmillos de Guerra: La Leyenda del Platino

Esto es parte de Colmillos de Guerra, sin embargo es un extracto de una hsitoria que sucede entre lo que al principio hacia en el blog, y lo que pasa en el futuro de la historia (Lo que pongo de Axel aqui y en mi otro blog) Les recomiendo lo lean con un poco de mente abierta, malditos changos, porque sé que apenas saben que yo lo hago luego-luego se ponen de mariquitas sin calzones...

Capitulo 1. La Puerta del Destino.

La ciudad de Varonte había sido esculpida completamente en mármol blanco, en honor de los reyes humanos Krazo Caída del Martillo y Aline Seda-Blanca, soberanos sabios y honrados, tal vez los únicos con ambas virtudes en muchas generaciones de reyes humanos. Tales eran aquellos seres que incluso merecieron que los Dragones les construyeran una ciudad digna de sus virtudes; Las altas murallas plateadas y sus edificios de mármol cristalino eran más como un laberinto para proteger la única universidad de magia creada para y por humanos. La Grandiosa Magicka Taentrum, el paraíso del conocimiento donde se les impartía a los humanos las artes mágicas; Y es que ahí era el único sitio de Borshin donde se les podía enseñar a esos seres esa clase de poder, dispuesto asi por el resto de clanes.

Solo gente realmente especial podía darse el lujo de ser aceptado ahí… Realmente debían ser muy especiales.

Bajo una estructura espartana de gruesos muros, cientos y cientos de cuartos de estudio eran protegidos. La cualidad de estos cuartos era el espacio, sujeto para que tan solo cuatro o cinco personas pudieran estar ahí sin estar problemas, obviamente pensando en los utensilios básicos para cada aprendiz de mago. Otra de las reglas era la luz; Nada podía alumbrar los cuartos que no fueran velas y tampoco se podían usar demasiadas, pues según los maestros, arruinaba los buenos hábitos de estudio y la humildad de cada alumno.

Pasando algunos pasillos al interior del recinto, la biblioteca de Krazo abría sus enorme puertas de madera roja grabada con el símbolo del reino, una esfera brillante (haciendo alusión al conocimiento que ahí se creaba); En su interior se guardaban varios tomos de magia básica, que sin embargo a los humanos les tomaba años aprender… Muchos de los que lograban graduarse tardaban el mismo tiempo en responderse porque sucedía eso.

Más allá de todos los pasillos, lejos de las aulas y aun más de las habitaciones se encontraba una sola puerta, hecha de metal negro, encadenada de cinco candados sin cerradura, protegiendo en silencio un secreto…

Y descubrirlo era el reto que Daryantel se había impuesto, si no al mundo cuando menos a su persona. Desde hacía diez años en que había llegado a la Magicka Taentrum esa puerta le había llamado mucho su atención, y su naturaleza inquisitiva solamente le quitaba el sueño para encontrar la respuesta a esa puerta. Este mismo joven también tenia una personalidad atractiva, haciéndolo rápidamente amigo de uno de los maestros más poderosos e importantes de ahí: Ceibin Bastón de Tierra, único Dragón y maestro posibilitado de enseñar magia avanzada, y de quen se contaba ente otras cosas, de sus batallas en contra de demonios y el azote que a estos oponía. Se convertiría en mentor y amigo del joven Ojo-Negro, descubriendo su naturaleza predispuesta a la magia y un potencial nada natural para un humano, confiriéndole uno que otro secreto acerca de la universidad donde él enseñaba.

Otros compañeros del joven Ojo-Negro eran Alistar Razin y Farian Ælex, el primero un joven proveniente de Arkadius, la ciudad de los Caballeros, mientras que la segunda era una hermosa joven que se rumoraba venia de las lejanas costas del Continente de Tantra, y con eso se especulaba aun más acerca de su raza, aunque mucha gente fácilmente la identificaba, o al menos emparentaba, con el clan Sarla pues ciertamente la belleza y agilidad de esos se encontraba en la gracia de la joven. El joven era fuerte y valeroso, e inquietante a todos sus compañeros de la “facultad” debido a su elección de ser hechicero y no un caballero, un guerrero o de plano un espadachín como todos los de su familia; Simplemente comentaba que su vida le pertenecía a él, y no a una vieja herencia que no llamaba a su puerta. La chica era hermosa y audaz, y llevaba una vida un tanto sutil en comparación con la que muchos magos tenían; No solía hablar mucho acerca de su pasado, o del porque de su elección al querer entrar a la Magicka Taentrum.

Estudiar en aquella escuela requería de sus alumnos mucho de su tiempo, a veces hasta las horas les eran insuficientes y usaban sus momentos de descanso para continuar con las clases que arrastraban aun semanas después… Pero los tres jóvenes eran muy buenos amigos, de los mejores que podían haber; En aquellos escasos tiempos libres, los atesoraban entre ellos compartiendo sus propios conocimientos mágicos y de cultura, pues no había nada que ellos no desearan aprender de los demás. Y definitivamente Alistar gustaba de compartir todo lo que podía acerca de Arkadius, su hermosa ciudad natal. El muchacho conocía de punta a punta cada uno de los cimientos, desde las alcantarillas hasta los puntos débiles de las torres de vigilancia… Ser hijo de uno de los mariscales de la ciudad, y habiendo tenido una infancia libertina pagaban bien en su caso. Farian, por su lado, comentaba acerca de los viajes que había tenido desde las ciudades de los Dragones hasta sus paseos por el Cinturón de la Salamandra, codeándose con el clan de la muerte. Cosas que Daryantel deseaba fervientemente vivir por sus propios métodos… Por eso gustaba tanto de juntarse con ambos aprendices…

El tiempo pasaba rápidamente, siempre… La monotonía era parte de la vida de todos en Varonte

Ese día no lo fue… Ceibin lo notó cuando su aprendiz estrella llegaba donde se encontraba practicando la antigua lengua dragonita, el Dracone-Lecer, y lo vio agitado y con lagrimas en los ojos. Daryantel pidió una audiencia inmediata con su maestro y obtener el permiso de los directivos de la academia para poder encontrar respuesta y acción a una problemática que lo cazaba en esos momentos…

Habían llegado rumores que en varias partes de la isla se estaban abriendo portales extraños, que no pertenecían a ninguna de las razas conocidas, y peor aún, al menos la mitad de esos portales estaban cercanos a la pequeña villa provincial de Minervia, el hogar del hechicero. Aquel temía por las vidas de sus familiares y amigos, por eso deseaba enfilarse al Oeste y comprobar que sus sospechas eran falsas.

“Si un alumno sale de la Universidad, y más allá de Varonte, es considerado una falta muy grave y en el peor de los casos expulsión… Sin embargo, si es acompañado por un maestro…”

Al contar de esto a sus compañeros, ambos chicos ofrecieron sin chistar su ayuda a Ojo-Negro…

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