martes, agosto 09, 2005

Epilogos - 3

Bueno, al parece la gente sí lee esto que yo hago con todo mi amor (Digo, llevo con esta historia la mitad de mi vida, si no es amor, no sé que es...) Pero como que no me dejan unas opiniones concretas, y eso me hace sentir un poquitito mal, jeje... Vamos, diganme realmente que es lo que les parece!!! Incluo JOAL ya me dijo que deberia de entrar a algun concurso de Conaculta (Si, yo tambien pienso que aun es muy prnto, pero eso ya da animos, que no!?)

En fin siguiendo con lo que es debido, toca turno al siguiente Clan con su respectivo cuento... Ya asben, si quieren entender mas o menos de como va la historia y todo deben de leer el post de "Inicio" que ahi viene todo. Y para aclarar dudas, yo lo que trato de hacer con este trabajo es que quienes lean mi historia usen su imaginación para con mis personajes. Saludos y continuemos.

Colmillos de Guerra: Rickshaw
Llanto Reanimado: Inmortalidad.

Solíamos confiar en todos. Solíamos tratar con sus gentes, comerciantes y Dioses... Solíamos.

Dimos festines a sus nombres. Celebramos sus hazañas. Permitimos que compartieran las camas con nuestros hijos e hijas, total para que ellos disfrutarab su estadía. Estuvimos a su servicio, peleando por ellos y muriendo a su causa.

¡Ya no!

Al haber tomado las vidas de nuestros herederos marcaron pauta entre la amistad y el odio. Podiamos engendrar más niños pero esperabamos que se disculpasen. Nuestras puertas permanecían abiertas y dispuestas a continuar con las pruebas de amistad.

Cinco llegaron. Cinco causaron tanto con tan poco. Tomaron algo que nadie, ni nosotros ni nuestro padre y Señor Faustus pudo imaginar en algun momento; A cambio nos dieron un simple regalo que nos ha podrido por generaciones.

En el pasado, antes de la Caida, cuando el mundo era joven y los Dioses grandes bastardos (Y vivos), solíamos residir en la luz del día, la calidez y la benevolencia. Eramos sacerdotes y acrobatas de la Luz del Bien, eramos blancos y puros... Nos conocían como el Clan de la Vida.

Pero entonces los Cinco, guerreros y hehiceros de las otras razas llegaron a nuestra villa; Pensamos que pedirian perdon, querrían expiar sus pecados y liberarnos dela pesadumbre... Y asi, pasaron con el Sumo Padre, hijo del hijo de Señor, un hombre que regía y hablaba con sabiduría. Los hizo sentir especiales en su choza, dioles de comer miel y carne, bebiendo vinos y fumando hierbas placenteras. Los convido a su hogar con placer y ellos despreciaron su regalo... Deseaban nuestro poder y ordenar a nuestra gente. Creyeron que bebiendo su sangre y comiendo de su carne serían fuertes, poderosos, inteligentes... Atacando a un anciano, solo y sin una sola mancha de violencia en su mente, esos cinco tomaron el mayor tesoro del clan.

Todos lo sentimos en nuestro corazón, muy dentro del Phisa (alma) desgarrandonos, escupiendo nuestra identidad misma, haciendo convulsiones mentales y vomitando todo lo que conocíamos hasta ahora. Sentimos algo peor que el dolor, pero los hijos del Sacerdote estuvieron al borde de sus propias muertes...

Deshechamos todo por vengar y sentir placer en la muerte de esos bastardos. Condujimos nuestras enseñanzas al camino de la Oscuridad, del terror y la pasión, convirtiendo nuestro don en una maldición. Reanimamos los cuerpos de los cementerios e invocamos pesadillas de los mundos espirituales... Dhamiel, hijo del Sacerdote, trajo bestias de la noche y criaturas no-muertas; Y Khamiel, su hermano, hizo que su cuerpo fuera la noche y sus manos las cuchillas de la Luna. Ambos hijos, junto a la villa entera, vengaron a su padre y regente, deleitandose en la sangre de sus víctimas, saboreando la carne de los asesinos...

Despues de ese día nunca pudimos regresar al camino de la Luz, no pudimos lavar la sangre en nuestros rostros ni de nuestras ropas... Fue la Caída. Y ahora eramos cazados por mucha gente, no para vengarse pero para esclavizarnos o solamente reirse al matarnos. Nuestros hermanos y hermanas mayores de D´Sarla nos dieron cobijo, armas y la esperanza de la libertad... Ellos tambien vivieron una epoca de desolación justo como ahora la vivíamos, pero no se dieron por vencido y lograron ser olvidados por varias razas, asegurando su existencia.

Faustus tampoco nos dejó sin abrigo, incluso cuando corrompimos el regalo que nos entregó... Pidió que nos alejaramos del mundo civilizado, pero no podiamos. Ahora debiamos pelear y pelear, hacer sufrir a esas cinco razas... Los cobijariamos en el camino del Clan de la Muerte.

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